viernes, 15 de julio de 2016

RÍO CHÍLLAR; mejor aprovechado..... ¡Imposible!

   Narisa, que significa "fuente abundante", es el nombre con que se conocía el pueblo malagueño de Nerja bajo el dominio musulmán. Y eso es precisamente el Río Chíllar: una fuente inagotable de agua cristalina que nace a 1.200 m. en el cerro de Piedra Sellada (Sierra de Almijara), que pasa a los pies del Tajo del Almendrón y que recorre, tan solo, diecisiete kilómetros para llegar a Nerja y verter sus aguas en el mar Mediterraneo. A su paso deja un entorno natural privilegiado que hoy, 29 de Junio, aprovecharemos para ver en todo su esplendor. 

Agua; fuente de vida.



   Para empezar nuestra fresca caminata, llegamos a Nerja por la A-7 desde Málaga. Tendríamos que haber dejado la autovía en la primera salida que encontramos, pero nos la dejamos atrás (muy propio de nosotros), y pasamos por encima del Chíllar dejándolo también atrás. De modo que tuvimos que salir en la siguiente salida (valga la redundancia) para volver a Nerja por la antigua nacional 340, y hacer "lo mejor" que se puede hacer en estos casos; preguntar. "Lo malo" es que una tercera parte de la población residente en Nerja es extranjera, predominantemente ingleses, y nosotros de ingles; frititos.


¿River Chíllar? Jajaja

  Pero al final, por suerte, siempre nos entendemos, o mejor todavía, vemos de pura casualidad una señal indicando "Cahorros", y con ella nos ponemos en el buen camino para pasar por debajo del viaducto que cruza el valle del Chíllar, hasta llegar cerca de una cantera abandonada donde dejamos el coche estratégicamente aparcado, pues tiene que servir de improvisado vestuario. 
  En fin, no es fácil llegar, pero como dijo el otro: "preguntando se llega a Roma".

Si veis estos calzados, es que estáis en el lugar apropiado.
  
   Los dos primeros kilómetros de la ruta, hasta llegar a la central hidroeléctrica llamada; Tercera Fábrica de Luz, se podían hacer hasta hace poco tiempo en coche, actualmente hay una barrera que impide el paso de vehículos (menos mal). También el ayuntamiento lleva años intentando poner coto a los senderistas, pues este privilegiado enclave se convierte en un auténtico "parque acuático", especialmente los fines de semana de los meses estivales. Por este motivo nosotros decidimos ir un miércoles, y aun así, nos encontramos bastantes senderistas de todas las edades, y de distintas nacionalidades. Y es que el sitio es apto para todos los públicos, disfrutón como pocos, y digno de ver.

Comienzo de la ruta.
Llegada a la central hidroeléctrica.
   
   Hasta la central, el cauce es muy espacioso y llevaba poca agua. Nosotros le dábamos de lado y saltábamos sobre ella para no mojarnos los pies, hasta que se nos encendió la bombilla y caímos en la cuenta, que más pronto que tarde, sería irremediable remojarnos los pies. ¿Instinto de conservación?, ¿poco hábito a mojar los zapatos?, ¿un lapsus?, ¿nula concienciación de la actividad? Llámalo como quieras, pero pasó.
   La razón por la que el río lleva poca agua al principio, es porque en la central hidroeléctrica, el agua es desviada casi en su totalidad y canalizada hasta llegar a Nerja, donde se aprovecha para regar su fértil huerta y para el consumo doméstico. 
   A partir de la central comienza la diversión.


Mayores y pequeños en estrecha relación con la naturaleza.
Cascada de Salto Grande. Salto grande, el que tengo que dar para llegar a tiempo a la foto.   
Metidos en faena y en el agua, claro. 
   A paso ligero íbamos adelantando senderistas tras senderista, pasándonos el relevo, con ellos, cuando nos parábamos para recrearnos en el paisaje o pasándonos la cámara de fotos, para hacernos el retrato del grupo completo.
  Daba la impresión de que sería imposible ponernos por delante de todos, siempre aparecía alguien que había salido antes que nosotros.

Esta foto nos la hizo una amable turista, rubia para más señas.
  Entre relevo y relevo, el río se iba estrechando, agitando el agua y las hormonas responsable de producir la famosa adrenalina. Nos acercábamos al primer cahorro del río, después vendría el segundo y el tercero. Tres desfiladeros profundos, producidos en la roca madre por la erosión del agua durante miles de años. Una maravilla de la naturaleza.
   Las imágenes hablan por si mismas, del peculiar paraje.

Sergio disfrutando de la ruta.
Un vistazo atrás del primer cahorro
 ¿Borja haciendo flexiones con una mano...... o es postureo puro y duro?
Hay zonas donde se pueden tocar las dos orillas del río.
El lugar es de una belleza increíble.
Tercer y último cahorro.

Final de los cahorros.

   Pasados los cahorros la diversión sigue; chorreras, pozas, pequeñas cataratas, un baño aquí, una foto allá, y poco a poco vamos subiendo el río, admirando el entorno y disfrutando cada centímetro de la ruta. 
   También en este tramo las fotos hablan por si mismas. 

Es que son como niños.
  A Pau hoy le tocaba palaustre.......¡Qué buen cambio hizo!

Foto de autofoto. Gracias Borja.
   
   A seis kilómetros del comienzo llegó el gran baño, con terapia de chorro a presión incluida. El lugar se llama el Vado de los Patos, y es donde la mayoría de las familias dan la vuelta. Es un lugar muy bonito para gozar de un buen baño y de un buen almuerzo. Nosotros hicimos lo primero, aún nos quedaría bastante para lo segundo. 

Haciendo honor al nombre del lugar.

   Conforme vamos subiendo el río la cosa se va complicando, y los desniveles que tenemos que salvar van siendo cada vez mayores, sin llegar a presentar gran dificutad. Y en la misma proporción el río va ganando en belleza. 
   Casi sin darnos cuenta, cuando llevábamos siete kilómetros y medio, nos desviamos del río a la izquierda  y entramos en un sendero señalizado como GR-249, es la etapa nº 5 de la Gran Senda De Málaga, la que va de Nerja a Frigiliana. Aprovechamos que los pies estaban fuera del agua para reponer un poco de energía. Ya nos estaba haciendo falta. 
   Repuestos, seguimos unos metros sobre el GR y lo dejamos a la izquierda para continuar por una veredita, casi cubierta por la vegetación, hasta que esta nos devolvió otra vez al río.  
        


El paisaje es de una gama cromática de gran belleza.

   Habíamos superado un desnivel de cuatrocientos metros, en nueve kilómetros, cuando llegamos a la denominada "Presa" (final de la ida); un azud que reconduce el agua hasta una acequia para llevarla a la central hidroeléctrica. Esta acequia sería nuestro camino de regreso, y en él, no vimos a nadie. El ayuntamiento de Nerja tiene descrito este sendero en su página web con el título "A la Presa", aunque contradictoriamente llegamos a varios puntos donde, con letreros informativos, se prohibe el paso. ¿? 

Llegando a la presa.
   
  De ahora en adelante, nuestro camino tiene unos cuarenta centímetros de ancho, concretamente lo que mide el muro más expuesto de la acequia.
   Esta acequia o canal, fue construida en los años veinte de siglo pasado por la desaparecida empresa Eléctrica de Vélez Málaga. 
   Casi sin perder altura vamos pasando por multitud de torrenteras y barrancos, dominando el valle del río como si estuviéramos en un magnífico balcón de siete kilómetros de largo. 
   

Salida de la presa.
Borja superando sus miedos.
Espectaculares vistas de la Sierra de Enmedio.
    
   La acequia tiene varios pasos complicados, y no en todos existe algo parecido a lo que podríamos llamar; una barandilla, mas bien lo que hay, es un pobretón quitamiedos. 
   Con precaución es fácil pasar todas las dificultades, y las vistas merecen la pena, además, es cuesta a bajo, aunque a veces parece lo contrario.

Algunos pasos son espectaculares.
Curioso detalle: dos tipos de escaleras. ¿Serán para que los animales puedan salir?
Otro detalle:  ahora entiendo lo de los zapatos colgados en el cable; era un aviso a navegantes en todas regla: "no llevaros un calzado viejo o en mal estado"  ¡¡ Qué me lo digan a mi !!
   
   Llegamos al final de la acequia y bajamos 250 m. de desnivel, casi a plomo, por un camino muy erosionado  que va casi en paralelo a la tubería que conduce el agua a la central.  De nuevo estábamos en el río, o mejor dicho, en el desvío del río, donde nos dimos el antepenúltimo y bien merecido baño del día.

El valle, la vega y la capital turística de la Axarquía: Nerja.
Conducción del agua desde la acequia hasta la central.
¿Adivina quién nos hizo esta foto? Una pista: es rubia. Jejeje.
   
   Finalizamos el recorrido, de 18 km., en seis horas y media. Sólo hicimos una parada medianamente larga, al borde de la acequia, para yantar. No hay fotos, pero os lo podéis imaginar; los cuatro sentados sobre el muro de la acequia, a la sombra de los pinos y con un paisaje ante nuestros ojos extraordinario. Sencillamente....... ¡¡Maravilloso!! 
   Y para rematar el día, decidimos hacer algo de turismo por Nerja, y visitar el renombrado Balcón de Europa, y por supuesto, darnos el penúltimo baño de este aprovechado día; el último sería al llegar a casa........ ¡Qué pechá de agua!   
 
Cuatro "turistas" en el Balcón de Europa.
Gracias, compis.

Las aguas del Río Chíllar se aprovechan para producir electricidad en la Tercera Fabrica de Luz (hubo un tiempo en que, aguas arriba, estaban la primera y la segunda Fábrica de Luz), 
se aprovechan para el riego de la vega, 
se aprovechan para el consumo humano, 
y falta muy poco para que se aprovechen como parque acuático si las autoridades no ponen limites......... 
y nosotros disfrutamos como niños, aprovechando el día al máximo en este singular río.


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