viernes, 16 de octubre de 2015

5/10/15 Cerro de los Machos (3.327m): primeras nieves





El sábado cinco de octubre madrugamos sin mucho esfuerzo para afrontar un nuevo reto programado  por Juan, subir al Veleta desde la Hoya de la Mora, si bien la ruta en su ascensión a la cumbre se diversificaba en distintos niveles de pericia técnica, ya que los miembros más aventajados del equipo, se mostraban motivados a escalar la zona del Canuto.
Así que en la gasolinera de Puebla de Cazalla nos reunimos los provenientes de Morón , Manuel y su amigo Paco (en su primera experiencia de montaña), Baldo Carmen, Toñi, Susana, Juan , su perro Faruk y Javi  con los de Sevilla, Mariola y yo ,, aplazando los saludos y la puesta al día en la cafetería Abades , donde desayunamos fuerte,,, y carooo…
Una vez llegados a Sierra Nevada nos aproximamos al área recreativa de la Hoya de la Mora, donde se unieron al grupo Lina, Carmen y José Ramón, con espíritu de entrenamiento previo a su nueva expedición.
Tras los múltiples preparativos en cuestión de equipamiento, y ajustando las capas de ropa idóneas para el evento, nos dispusimos a iniciar la ruta con el beneplácito de la virgen de la nieves , el viento y lluvia.  Durante el trayecto de inicio divisamos  Borreguiles y los distintos observatorios, destacando la imagen desnuda de  la estación de esquí, una imagen muy curiosa  iba quedando debajo de nosotros, lo que nos daba pista del inicio de la subida.  En esta ocasión nos desviamos mucho antes de llegar a las posiciones del Veleta para cruzar el arroyo de San Juan. 





 Ya aclimatados a la altitud y con el tiempo más estable, nos asomamos al Corral del Veleta donde divisamos  el Veredón Inferior, senda que guiaría nuestros pasos, a través del Tajo del Campanario.



Según contaban algunos miembros del grupo este el paso clásico, si bien es el menos concurrido.



El transito fue ameno y el paisaje espectacular, donde se podía anticipar la siguiente etapa, el ascenso  a la cumbre de Los Machos por su cara norte que ya estaba cubierto por las primeras nieves; Por ello decidimos retomar fuerzas y realizar parada de avituallamiento.






En este punto del ascenso, José Ramón, compañero de Lina y Carmen se separó del grupo, circunstancia que nos produjo una cierta inquietud ya que supusimos que lo encontraríamos  la cima.

Durante la subida, y mientras sorteábamos  los riesgos de resbalón,  como aprendiz en el tema , recordaba las pautas técnicas aprendidas por otros miembros del club, nuestros mentores: “paso a paso, estar en  tiempo presente concentrados en la respiración  y en donde posas tus pies, y si te angustia mirar a la cima , no lo hagas, que pasito a pasito se llega, y da igual que sea diez minutos antes o después“ . También reflexionaba  sobre la importancia de la unión del grupo durante las rutas y el respeto a las indicaciones del líder, la adaptación y respeto de los diferentes ritmos y pericia de sus integrantes  y en la capacidad de la montaña para  sacar  lo mejor y lo peor de cada unos de nosotros.
Absorta en dichos pensamientos y pendiente de los pasos de los primeros, y de los que iba detrás, y de la humedad de mis calcetines... llegamos a Los Machos... y  José Ramón sin aparecer!!!!



Y entré en un nuevo debate interior: “ por mucha experiencia de montaña que tengas, ¿puede la autosuficiencia personal  ponerte en peligro  en dicho escenario?   Ufff… La montaña es muy grande y nosotros muy pequeños… y me dispuse a tratar de disfrutar de la imagen del Salón , el Campanario y el Veleta, de las risas, el postureo de las fotos  y la comida. 


En este momento los organizadores decidieron que continuaríamos por la ruta tradicional, aplazando la escalada del Canuto, para una mejor ocasión. Así que tras valorar la situación, iniciamos el descenso por la cara sur de Los Machos, como cabras entre el pedregal  inestable, caprichoso





Y ahí Mariola y yo, como principantes  en estas lides, tuvimos la siguiente lección de la montaña:  “no puedes perder la alerta y la concentración, ya que en lo más llano te puedes caer”,  caídas sin consecuencias, de las que se aprende... como en la vida...“  hasta que llegamos al Paso de los Guías, que nos llevaría al refugio de la Carihuela.



                                       Super Paco, fue todo un campeón.

De nuevo recordamos la importancia de mantener la calma, de no querer correr y atajar, siempre y cuando el vértigo no te juegue de las suyas... de nuevo la filosofía de la montaña tan útil en el camino de  la vida. No es difícil darnos cuenta que si queremos acortar un proceso de vida, esto  tiene su precio, el desgaste es mayor. 




Por fin llegamos a la Carihuela, acogedor refugio de montaña, nueva parada  de avituallamiento y de separación entre los que subían al Veleta y los que regresaban a la Hoya de la Mora satisfecho por los pasos realizados.  De nuevo seguíamos sin noticias de José Ramón y nuestra preocupación iba en aumento.
En esta disyuntiva el que tuvo dificultades de decisión fue Faruk el perro de Susana y Juan, que entró en conflicto de lealtades cuando Juan se dirigió al Veleta y Susana hacia la Hoya, conflicto que no supo resolver, deambulando a sus anchas  ajeno al control de sus dueños.
Seis horas y media más tarde llegó  la ruta a su fin para los primeros, y se desentrañaron algunos misterios.  En el helicóptero que divisamos, momentos antes de llegar, iban efectivos de la Sección de Rescate e Intervención en Montaña (Sereim) de la Guardia Civil. José Ramón se quedo embriscado en la cara noroeste del Veleta y tuvo que llamar al servicio de emergencia. Regreso sano, a  salvo y con la procesión por dentro.
Juan, cuando descubrió que Faruk no estaba con su ama, decidió buscarlo a sabiendas que no regresarían sin él. Faruk desde su instinto y querencia hacia su ama, decidió buscarla dirigiéndose a la Carihuela y esperó lealmente y desde la confianza más  absoluta el reencuentro.


La montaña, en esta ocasión, nos quiso recordar lecciones ya aprendidas poniéndonos un examen sorpresa del que cada uno sacó sus propias conclusiones. Eso sí, cada uno de nosotros se llevó lo suyo. Afortunadamente todo salió bien y con un final dulce, gracias a las hermanas Bocanegra.




4 comentarios:

  1. muy bonito y bien descrito y gracias por tener esa decicion de hacerlo, al fin y al cabo el blog es de todos los participantes en las salidas del club, me a encantado esto se esta animando cada vez mas

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Abajo el mismo ya corregido, como no se podía editar para subsanar una falta ortográfica he tenido que eliminarlo....

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  3. Enhorabuena Verónica por tu impecable participación en el blog relatando con todo detalle y nobleza de espíritu, una maravillosa ruta de montaña, redactada al más puro estilo reporteril, no en vano quien sino en primera persona y desde esa perspectiva de osada reportera puede transmitir esas sensaciones vividas con tanta nitidez, felicidades además por esta prosa tan fresca en la que con una gran sinceridad, expresas los sentimientos que la dura brega en la montaña te liberaban en la rigidez del reto a superar..Magnífico.

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